Dejarlo salir, salir afuera y empezar desde el comienzo. Avanzar, sin mirar atrás, con las heridas del ayer. Vivir sin más ya que el mundo no se detiene por nadie, ni por mi, ni por vos, ni por ellos. No es tan fácil, es eso o rendirse, y la ultima siquiera debería ser una opción viable. Todo sigue su curso, es la ley de la vida, hoy estamos, mañana no y quizás quién sabe, haya más de lo que vemos si aprendemos a mirar al mundo con otros ojos, ojos curiosos, abiertos y dispuestos al porvenir. Confió en que el universo hace que las cosas pasen por una razón, que aún desconozco, y que de momento me enfurece y a la vez me quita fuerzas, pero confío, porque no hay otra salida que entregarse con los brazos abiertos, sortear los obstáculos que te desafían día a día, año tras año. En un tiempo adelante verás las cicatrices y sentirás orgullo de cómo has podido atravesar esas situaciones satisfactoriamente solo con un par de heridas de guerra que sólo te recuerdan que eres capaz de seguir adelante, de avanzar. Hoy entiendo que entre muchas otras cosas, la pérdida de mi compañero de aventuras ha tenido que ser, un desafió para mi, un aprendizaje para todos, una lástima para su familia, un deber divino que escapa de nuestra realidad. Recordaré por siempre, te he buscado y te he encontrado.. y al perderte solo lo hice en carne y hueso, tu esencia seguirá eternamente entre nosotros.

Gracias por todo y perdón por tan poco. 

Siempre tuya, siempre mio, siempre nuestro.