domingo, 24 de abril de 2016

esos dos hombres parecen salidos de alguno de los bancos próximos al bar, uno de ellos está tomándose un café cortado y el otro una cerveza, es mediodía pero siguen con ese asco de gomina en su cabeza intacta; no puedo creer que digas  eso, pues sí, tal como lo estoy contando, por lo visto le diagnosticaron, como fue qué me explicó, eso es, ya lo tengo, una dextrofobia porque un día cuando quiso conducir no podía girar al lado derecho y durante todo el día no quiso moverse al mismo lado mientras caminaba ni coger nada con esa mano, le dio un ataque de ansiedad, bebe un sorbo, y todavía está de baja; el otro hombre asiente de manera solemne y determina que todos debemos de tener un miedo surreal que cuando menos nos esperamos decide eclosionar y dejar a la vista lo susceptibles que somos, yo por ejemplo le tengo miedo a soñar, no te rías, que es serio, llegará el día en que no me quiera dormir y me sentiré como él,

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