esos dos hombres parecen salidos de alguno de los
bancos próximos al bar, uno de ellos está tomándose un café cortado y el otro
una cerveza, es mediodía pero siguen con ese asco de gomina en su cabeza
intacta; no puedo creer que digas eso,
pues sí, tal como lo estoy contando, por lo visto le diagnosticaron, como fue
qué me explicó, eso es, ya lo tengo, una dextrofobia porque un día cuando quiso
conducir no podía girar al lado derecho y durante todo el día no quiso moverse
al mismo lado mientras caminaba ni coger nada con esa mano, le dio un ataque de
ansiedad, bebe un sorbo, y todavía está de baja; el otro hombre asiente de
manera solemne y determina que todos debemos de tener un miedo surreal que
cuando menos nos esperamos decide eclosionar y dejar a la vista lo susceptibles
que somos, yo por ejemplo le tengo miedo a soñar, no te rías, que es serio,
llegará el día en que no me quiera dormir y me sentiré como él,
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